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El sector inmobiliario encara con incertidumbre la nueva normalidad

El sector inmobiliario encara con incertidumbre la nueva normalidad

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Se reactiva la compra, la venta y el alquiler de viviendas. Incluso las inmobiliarias localizadas en territorios en Fase 0 pueden, desde principios de esta semana, comenzar a visitar inmuebles con sus clientes siempre que vayan provistos de EPIS, no se toque ninguna superficie de la casa y se destine el tiempo mínimo para la visita. Sin embargo, aunque este sector empieza a notar cómo se reactiva su actividad, estos dos meses de confinamiento no han sido nada fáciles para las inmobiliarias y han cambiado las previsiones que tenían antes del inicio de la pandemia.

Tres profesionales del sector –Aprile Winterstein, propietaria gerente de la inmobiliaria Reines en Rincón de la Victoria; Mari Ángeles Tapia, directora de Dilmun Property en Fuengirola; y Setareh Mohregi, directora del departamento internacional de Gilmar Consulting Inmobiliario en Marbella– nos cuentan cómo ha afectado a sus negocios la crisis sanitaria actual y las expectativas que tiene el sector inmobiliario.

Mari Ángeles, Aprile y Setareh, de izquierda a derecha

El cierre obligado de las inmobiliarias y la imposibilidad de visitar los inmuebles ha generado en este periodo de confinamiento un escenario complicado al que se suma la incertidumbre sobre la recuperación económica. “Cerramos las treinta y cinco oficinas comerciales, y nuestra actividad se redujo a un mero contacto de interés personal, no comercial, con nuestros clientes”, cuenta Setareh. Aprile y Mari Ángeles también tuvieron que cerrar las puertas de su negocio durante meses porque, además, no existía la posibilidad de visitar inmuebles y permanecer abiertos no tenía sentido.

 

Sin embargo, Mari Ángeles saca una lectura positiva de estos meses de teletrabajo: “Económicamente esta pandemia ha venido muy mal, pero hemos aprovechado para adelantar trabajo atrasado que antes, por el ritmo que llevábamos, siempre íbamos postergando”.

En este contexto, estos negocios no han tenido la posibilidad de firmar ninguna venta ni ningún tipo de acuerdo: “Se han podido cerrar ventas que ya estaban encaminadas antes del confinamiento, pero no ir más allá”, nos dice Aprile. A esto, se une que en la venta de una casa están implicados muchos agentes, como las notarías y los bancos. Según cuenta Mari Ángeles, “las notarías estaban bajo mínimos. Solo firmaban cosas graves o inminentes. Una compraventa no es urgente y, se considera que se puede esperar”.

Mari Ángeles con una compañera en su oficina, antes del confinamiento

 

Estos negocios, a pesar de todo lo que estaba pasando, han tenido que buscar nuevas fórmulas para seguir en primera línea y continuar ofreciendo un servicio a los clientes aunque las circunstancias fueran adversas. Por ello, se armaron de herramientas online y buscaron alternativas para cumplir con su labor incluso en los momentos más duros.

En el caso de Gilmar, según nos cuenta Setareh, han seguido trabajando sobre las obras nuevas: “En el sector residencial, la obra nueva ha podido seguir funcionando como lo hacía siempre. El comprador se interesa por una vivienda que conoce a través de planos y deposita una fianza y reserva la vivienda que elige de la promoción”.

De hecho, esta inmobiliaria consiguió cerrar una compraventa a distancia justo al inicio del estado de alarma: “El propietario de la finca, que vive en EE.UU. le dio poderes al director del departamento para firmar la venta ante un notario de Madrid. Y así lo hicimos”, explica Setareh.

«La Fase 1 ya que las visitas son irreemplazables en este negocio»

Por su parte, Aprile asegura que han puesto varias casas a la venta durante este periodo, pero pidiendo fotos al vendedor, sin que ellos pudieran pisar la vivienda. “Aún así, era muy necesaria la Fase 1 ya que las visitas son irreemplazables para este negocio”, dice.

Estas inmobiliarias trabajan con muchos clientes extranjeros o de fuera de la provincia, algo que ralentiza la vuelta total a la actividad. Según Mari Ángeles tanto sus ventas como sus alquileres se han resentido en cuanto a clientes locales, pero también en cuanto a los que vienen de fuera: “El comprador no ha podido venir desde fuera de Málaga, de Córdoba por ejemplo, a visitar casas. Eso, sin lugar a duda, se ha notado muchísimo”.

Setareh Mohregi

La inmobiliaria Gilmar trabaja con clientes internacionales, Setareh confía en que, aunque en estos meses las ventas se han detenido, pronto haya buenas noticias en este campo: “Con el descubrimiento del teletrabajo, creo que tenemos una magnífica oportunidad para que la calidad de vida que ofrece España atraiga nuevos ciudadanos al país… Vivimos una época en la que espero –ojalá– que las personas hayan reflexionado sobre la vida que quieren vivir. Espero que la política no interfiera en la oportunidad que tenemos para demostrarle al mundo que la Costa del Sol es el mejor lugar del mundo para vivir”.

«Tras tantos días encerrados, las personas tienen muy claro dónde quieren vivir a partir de ahora»

El coronavirus ha contribuido a que cambien nuestras preferencias para elegir un inmueble que se convertirá en nuestra vivienda. “Tras tantos días encerrados, las personas tienen muy claro dónde quieren vivir a partir de ahora. Buscan casas con jardines, terrazas y espacios exteriores”, sostiene Aprile.

 

Algunos van más allá y se han planteado, incluso, abandonar la ciudad y asentarse en zonas más apartadas y tranquilas. “Tengo clientes que se quieren ir al campo. Ha habido mucha gente con casas grandes pero con tan solo un balcón y con niños; ahora buscan una casa retirada en el campo con terreno”, expone Mari Ángeles. “Va a cambiar el concepto de vivienda que se busca, está cambiando ya. El que quiera un piso con balcón será para invertir, pero para vivir creo que no”, concluye.

Setareh, por su parte, considera que sí que hay un número de clientes que han decidido decantarse por casas con terraza o jardín, pero cree que aún no puede considerarse una tendencia al alza: “Es verdad que todos hemos tenido que ‘reinventar’ nuestros hogares estos dos últimos meses. Muchos han descubierto lo que les falta o lo que les sobra a su vivienda, pero de ahí a considerarlo una tendencia… No han sido tantas llamadas como para que, con nuestros datos, podamos hablar de un cambio de preferencias generalizado. Tal vez más adelante sí”.

Setareh Mohregi

En las circunstancias actuales, lo que todo el mundo se pregunta es si bajará o no el precio de la vivienda. Las opiniones son variadas y son muchos los factores que intervienen en este tipo de decisiones. “No es lo mismo hablar de una vivienda en la Milla de Oro de Marbella o de un piso en un barrio popular de las afueras de Logroño, por poner un ejemplo. Lo que quiero decir es que, muchas veces, cometemos el error de leer un titular que dice ‘Bajará el precio de la vivienda un 20%’ y lo aplicamos a nuestra casa, o a la que queremos comprar, sin tener en cuenta dónde está”, comenta Setareh.

“El precio de la vivienda lo regula el mercado; es decir, la oferta y la demanda en cada zona”, continúa Setareh. “Dicho esto, puede que nos encontremos con una situación de necesidad económica extrema de un elevado número de personas, y esto las lleve a querer vender su casa, pero… ¿cuánta gente podrá comprar? Parece que esta crisis sanitaria nos deja más incógnitas que certezas”.

 

«El sector pronostica que de aquí a diciembre, los que hayan ahorrado, van a poder comprar a buen precio»

En esta línea, Mari Ángeles también cree que las situaciones que se han producido a causa del coronavirus pueden, de alguna manera, mantener el mercado activo: “Los pronósticos dicen que sí van a bajar los precios por dos vías. En primer lugar, existen particulares que tenían la casa en venta y se estaban resistiendo a bajarlo porque había movimiento. Algunas de estas personas se han quedado sin trabajo o están en un ERTE y, donde antes había intención de vender, ahora hay necesidad, lo que hace que empiecen a escuchar ofertas más bajas de precio.

Por otro lado, los bancos han estado ofreciendo viviendas con precios, a veces, por encima de los particulares y ahora tienen mucho stock de vivienda que se van a plantear sacar. El sector pronostica que de aquí a diciembre, los que hayan ahorrado, van a poder comprar a buen precio. Y el año que viene volverá a subir, cuando salgamos de esto”.

Aprile, en el centro, con el equipo de reines en su oficina, antes del confinamiento

«No creo que las viviendas bajen más de un 10%»

Según Aprile, “la actividad empezó muy bien durante el primer trimestre del año, aunque con la incertidumbre de si bajarían los precios. Ahora, no creo que esto vaya a pasar; en todo caso se podrán reducir los precios sobre un 10%, pero no va a ser un decrecimiento drástico. Los precios no estaban tan altos como la gente cree, en algunas zonas sí, por eso no bajarán tanto. Ese 10% se manejaba habitualmente antes del confinamiento, más que como bajada de precio, como negociación y ofertas por parte de los compradores”.

Ella, como en las opiniones anteriores, cree que esta pandemia ha dejado un escenario complicado, pero no inactivo: “Hay gente que no ha dejado de cobrar estos meses y pueden comprar. Otros han sufrido un ERTE y necesitarán vender. También habrá fallecimientos y divorcios que, aunque sea triste decirlo, mantendrán el negocio activo”.

Ahora estas tres mujeres y sus negocios tienen un lienzo en blanco por delante en el que hay que empezar a dibujar. Sin embargo, es difícil anticipar cómo se va a mover el mercado y si podrán cerrar el año con cifras positivas.

 

En palabras de Setareh, “es una temeridad hablar sin cortapisas de lo que va a pasar. Solo se puede especular, porque estamos ante una situación nueva, histórica y dramática para miles de familias. En el plano económico, por desgracia el sector inmobiliario es muy sensible a las decisiones políticas, pero también ha sido históricamente -y volverá a serlo ahora- un sector clave para la recuperación de España. Confiamos en la capacidad y el trabajo de los verdaderos profesionales de este sector, que siempre salen fortalecidos después de una crisis”.

Aprile coincide con esta última afirmación y cree que “en tiempos de crisis, el sector inmobiliario se ve fortalecido porque la gente acude a él”. Según cuenta, “pasó lo mismo con la crisis del 2008, que también la vivimos. Las personas necesitan tener la seguridad, después de un periodo duro social y económicamente, de que tienen un lugar que es suyo donde vivir”.

«Como ya pasó en la crisis del 2008, en tiempos de crisis, el sector inmobiliario se ve fortalecido porque la gente acude a él”

“Yo soy positiva para los próximos seis meses”, continúa diciendo. “Siempre y cuando la banca nos acompañe dando hipotecas y préstamos, que ahora mismo sí lo está haciendo, no tiene por qué pasar cosas graves en el sector”, sostiene Aprile.

Mari Ángeles confía en que el sector no parará, pero es consciente de que puede darse el caso de que los beneficios no sean los esperados: “Ahora mismo hay incertidumbre. Hemos arrancado hace poco, pero es como si hubiéramos empezado el año de cero. Ahora tenemos que hacer un sprint. Se prevén compras, pero hace falta que tanto comprador como vendedor se decidan a bajar y a comprar. Que cumplamos con los números que queríamos es otra cosa”, concluye.

Redacción: Pablo Navarrete

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