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La regla de las tres R para encontrarte mejor que nunca después de los 50

La regla de las tres R para encontrarte mejor que nunca después de los 50

Al llegar a los cincuenta, muchas mujeres sienten que ya no son jóvenes o atractivas y este pensamiento puede contribuir a que se sientan más inseguras. Es cierto que llegar a los cincuenta da cierto respeto, pero es una edad ideal para ser consciente de todo lo vivido y agradecerlo, lo bueno por lo que nos trajo y lo malo por las enseñanzas que hemos aprendido. A los 50 sabes mejor lo que quieres y sobre todo, lo que no quieres. El tiempo no está para perderlo, sino para disfrutarlo y llenarlo de buenos momentos. Algo que valoras mucho más cuando cumples 50. La juventud es una actitud y va mucho más allá de la edad biológica. Quien tiene el alma joven y se siente como tal, siempre seguirá siéndolo.

Sin embargo, a muchas les preocupa que exteriormente, en la piel, se note el paso del tiempo. Claro que ya no tienes la piel de cuando tenías 20 años, pero seguro que ahora eres una persona mucho más interesante. Si lo que buscas es verte mejor, más guapa y atractiva, todo depende de tu actitud. Sí, aunque suene a tópico, quien se siente bien por dentro, se siente bien por fuera.

Para aquellas mujeres que se encuentren en este punto, os contamos la regla de las tres R para que, reordenando los sentimientos y alimentando la autoestima, consigan lucir un aspecto más joven y radiante, dejando su edad en un segundo plano.

 

1.- Reescribe tus pensamientos negativos

En vez de lamentarte por las cosas que pierdes al envejecer, como la elasticidad de la piel o la forma física, admira las ventajas del paso de los años. Eres más sabia de lo que eras antes. Tan sabia, de hecho, que no dejas que los estereotipos mediáticos sobre el envejecimiento te pongan nerviosa.

Sabes que estás mejor cuando sonríes y has aprendido que una sonrisa hace y te hace la vida más fácil y agradable. Has aprendido que correr o caminar unos kilómetros es positivo y ya no te importa lo rápido que lo hagas. Has experimentado el poder de ser agradecida por cada mañana que te brinda la oportunidad de un nuevo día.

Apreciar todo esto, definitivamente, mejorará la expresión de tu cara y hasta la tersura de tu piel. Puede que hayas elegido que el gris aún no sea tu color habitual de pelo, pero debes aprender a valorar todo aquello que el paso de los años te ha dado, aunque eso no incluya a las canas.

2.- Rebélate

Ahora, que si tienes hijos ya serán más mayores, es el momento de que te rebeles y hagas todo aquello que has querido hacer y has ido dejando por falta de tiempo para ti. Disfruta de todo con los ojos de la adolescencia. Queda con amigos, vuelve a disfrutar de planes en pandilla que a lo mejor tenías un poco olvidados por darle prioridad al trabajo o a cuidar a los demás. Está científicamente probado que te ves y te sientes mejor cuando te rodeas de gente a la que quieres. Pasar tiempo con amigos y disfrutando de su compañía es una actividad que rejuvenece y llena de alegría.

 

3.- Acepta tu edad y disfruta de ella. Rechaza que cumplir años es algo negativo

La edad es solo algo que aparece en el DNI. Tú eres la suma de tus experiencias y de tu actitud ante la vida. Tienes la edad perfecta para disfrutar de una segunda juventud pero a estas alturas con la cabeza mejor amueblada. La juventud es un estilo de vida apto para cualquiera que quiera vivirlo, porque significa vivir esperando que la vida te sorprenda, disfrutando de cada momento que te brinda y mirar con curiosidad e ilusión.

Finalmente, recuerda: cómo te ves a medida que envejeces depende de ti. ¿Quieres aprender a amar tus canas? Disfrútalo. ¿Prefieres elegir el color de pelo de tus sueños? Genial, también. Vístete como quieras, actúa como quieras y como te haga sentir mejor porque todo esto, automáticamente, te hará sentirte bien. Tengas la edad que tengas.

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