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Los beneficios del ayuno intermitente. Cómo comenzar a practicarlo

Los beneficios del ayuno intermitente. Cómo comenzar a practicarlo

Seguro que alguna vez has oido hablar de los múltiples beneficios que te puede reportar el ayuno. Si nunca te habías planteado ponerlo en práctica te damos algunos motivos para hacerlo y cómo hacerlo.

Uno de los grandes beneficios de practicar el ayuno es que las células rejuvenecen. Este hecho se puso de manifiesto en el 18 congreso internacional del ayuno y de la nutrición celebrado hace unos meses en Alemania. Según un estudio realizado por Mark Mattson, director del Laboratorio de Neurociencias del Instituto Nacional para el Envejecimiento de Estados Unidos, se constata que las células rejuvenecen durante el ayuno y este hecho es evidente incluso 15 días después del ayuno. Mattson asegura que hay una clara relación entre el ayuno y la regeneración de las células. Los estudios realizados con ratas de laboratorio han demostrado que las ratas que comen un 35% menos de lo habitual, ganan 30% de esperanza de vida y presentan una bajada notable de generar enfermedades.

 

Beneficios físicos del ayuno

Entre las mejoras que experimentan las personas que practican el ayuno de manera consciente los científicos destacan: 

  • Pérdida de peso notable.
  • Estabilización de la tensión.
  • Reducción del nivel de glucosa y colesterol, aumento del ácido úrico debido a la degradación de las proteínas, mejora del bienestar emocional y reducción de los dolores inflamatorios.

Así los expertos recomiendan la introducción del ayuno intermitente y del ayuno prolongado de 7-8-9 o 10 días, una vez al año. Otra opción es realizar el ayuno intermitente 4 días a la semana. En cualquier caso, antes de tomar la decisión, Damien Carbonnier, director y fundador de los centros MiAyuno (www.miayuno.es) y coautor del libro Miayuno, aconseja verificar con un médico que nos encontramos en condiciones para realizarlo.

 

Ahora puede ser el momento…

Tras las fiestas, en las que todo gira en torno a la mesa y la comida, puede ser un buen momento para practicar el ayuno y depurar el cuerpo de los excesos. Damien Carbonnier nos ofrece estas 5 claves para comenzar:

1- Ayuno intermitente:

El ayuno intermitente es cada vez más practicado por personas que quieren cuidar tanto su salud como controlar su peso. Se trata de poner en práctica el ayuno de al menos 12 horas al día todos los días. Son muchos los estudios científicos que avalan este método natural de vivir. 

Esta forma de ayuno consiste en dejar 12 horas de ayuno entre acabar la cena y desayunar. Supone normalmente desayunar un poco más tarde que a la hora a la que nos despertamos y seguir con las 2 comidas restantes del día sin saltarse ninguna de ellas. Esto permite al sistema digestivo descansar.

2- Moverse:

Al ayuno intermitente debemos incorporar una actividad física moderada por las mañanas. Si tienes un reloj inteligente o alguna aplicación específica descargada en tu móvil márcate como objetivo unos 12.000 pasos al día.

3- Sustituir una de las comidas por un zumo o un batido:

Si nunca has practicado el ayuno puede que al principio no te sientas del todo cómodo al hacerlo. Así que una opción puede ser sustituir una de las 3 comidas del día por un zumo o batido de frutas. 

En internet encontrarás multitud de recetas cuyos ingredientes combinados ayudarán al hígado en hacer su trabajo de limpieza en tu cuerpo.

Algunas combinaciones: 

  • Manzana + Remolacha + Zanahoria + Limón + Perejil fresco+ Jengibre
  • Brócoli + Manzana + Lima
  • Brócoli + Naranja + Mango
  • Espinacas + Limón + Apio + Manzana + Piña

4- Ser consciente:

Ser consciente a la hora de comer es también una practica que cada vez gana más adeptos. Meditar y utilizar algunas técnicas de comida en consciencia (mindfulness eating) pueden ser muy beneficiosos para limitar la toma de peso.

  • Meditar cada mañana, aunque sea 15 min
  • A la hora de comer:

a.      Respirar 3 veces antes de empezar a comer, y notar su nivel de hambre.

b.      Examinar tu plato: los colores, me apetece, el olor me gusta.

c.       Comer despacio

d.      A la mitad de la comida: preguntarme si aún tienes hambre.

e.      Masticar bien la comida: todo el trabajo de masticación previo ayudará el cuerpo en digerir y asimilar mejor los nutrientes y por lo tanto limitar los excesos transformado en grasa de reserva.

f.        Saborea tu comida.

5- Disociar:

Cuando hablamos de disociar en nutrición hablamos de no mezclar proteínas con hidratos de carbono o no mezclar carne o pescado con cereales, es decir arroz o pasta o patatas, por ejemplo.

En cualquier caso, y antes de empezar a practicarlo, consulta con un médico o nutricionista.

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