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El cambio a lo ecológico: un nuevo rumbo de consciencia

El cambio a lo ecológico: un nuevo rumbo de consciencia

Cada vez hay más personas que están preocupadas por llevar una alimentación saludable. Muchas investigaciones demuestran que la alimentación influye en nuestra salud e incluso en nuestro estado de ánimo. Todo está relacionado en el ser humano.  A eso se suma que crece la mentalidad ecologista en la que se defiende el respeto de los animales y se oponen a que estos tengan que ser sacrificados o tener una mala vida para convertirse en nuestro alimento. Esta nueva conciencia está cada vez más implantada y por ello actualmente es más fácil encontrar tiendas ecológicas.

En ellas ofrecen desde verduras ecológicas, tal y como las comían nuestros abuelos, hasta complementos nutricionales o los llamados superalimentos. Muchos han descubierto esta forma saludable de alimentación durante el confinamiento, que ha ido aparejado, en la mayoría de los casos, al despertar al mundo espiritual.

‘El cambio’ es una de estas tiendas ecológicas que encontramos en Málaga. Su dueña, Raquel Cervantes, asegura que este negocio es un proyecto personal con el que pretende aportar y poner de su parte para mejorar el planeta.

Raquel Cervantes

Este supermercado ecológico ha permanecido abierto durante todo el confinamiento y, lejos de considerar el balance negativo, Raquel y su marido –el otro 50% de este negocio– creen que esta etapa les ha servido para crecer como empresa y demostrar que un modelo de negocio basado en comida natural y vegana es, no solo viable, sino también necesario.

 

En la web del supermercado han pasado de ofrecer 500 productos en catálogo a 2.600 y gestionan actualmente más de 300 pedidos a la semana. Además, según Raquel, la clientela no solo se ha mantenido fiel en estos últimos meses, sino que también ha aumentado.

Esta etapa han cambiado nuestros hábitos, algo que han notado también en el supermercado. Más allá de los alimentos para consumo, al principio de la pandemia, los clientes de El Cambio buscaban suplementos vitamínicos naturales para luchar contra el coronavirus. Sin embargo, en las últimas semanas el consumo de este tipo de productos ha bajado mientras aumentaba exponencialmente la venta de suplementos para dormir, para la ansiedad o para la angustia.

Raquel Cervantes cree en su negocio y en el bien que este puede hacerle al mundo. Confía en que la sociedad abrace el cambio hacia unos hábitos alimenticios más sanos, más naturales y que se abandonen los alimentos de origen animal. Cree que el camino se ha iniciado, que la conciencia de muchos está despertando en este aspecto y que «El Cambio» se está produciendo ahora mismo.

 

Raquel, ¿qué ha supuesto para vosotros el confinamiento?

Nosotros hemos estado abiertos desde el día cero, aunque no ha sido fácil. Las primeras semanas fueron un shock porque  somos una tienda familiar y todo afecta más que a una gran superficie. Pero aun así, hemos crecido como empresa. Teníamos una página web de menos de 500 productos y hemos conseguido, en menos de dos semanas, aumentar esa cifra hasta los 2.600 productos. Además, gestionamos más de 300 pedidos a la semana. El nivel de trabajo ha sido tal que yo me pido un confinamiento el año que viene pero para estar en mi casa (ríe).

Realmente, para nosotros, ha sido una buena oportunidad de crecimiento. Es cierto que han bajado las ventas pero, aún así, yo me siento muy agradecida, porque aunque hemos reducido los horarios y las horas de trabajo hemos seguido vendiendo, pese a que la gente tenía miedo de salir a la calle y venir a la tienda.

«Durante esta crisis hemos crecido como empresa»

 

¿Qué medidas tomasteis frente al virus?

Fuimos un poco visionarios en cuanto a lo que iba a pasar. En primer lugar, compramos una máquina de ozono antes de que se proclamara el estado de alarma porque pensamos que, si pasaba algo, era bueno tener la tienda desinfectada; tanto por los clientes como por nosotros, que estamos trabajando, que tenemos hijos y que luego vamos a casa…

Desde ese momento desinfectamos por las noches toda la tienda. Más tarde, adoptamos el resto de medidas necesarias; sobre todo para el cliente que viene, porque nosotros estamos expuestos todos los días, y de esta forma les protegíamos también a ellos.

¿Qué tipo de comercio es El cambio?

«Aquí puedes hacer tu compra como en cualquier otro supermercado»

Somos el primer supermercado ecológico y vegano en Málaga. En la tienda tenemos más de 6.000 referencias en 100% veganas y nuestra filosofía es un consumo no animal a través del que te puedes alimentar sin necesidad de someter a crueldad al animal, donde además, los productos no se procesan con químicos y son ecológicos certificados. Sin parafinas, sin sulfatos, sin siliconas… sin tantos químicos que no son necesarios.

Hemos creado un supermercado completo donde puedes hacer tu compra como en cualquier otro supermercado, pero tienes la tranquilidad de que lo que se vende no tiene ningún origen animal y de que es totalmente ecológico. Además, intentamos traer productos de proximidad.

¿Has notado si durante el confinamiento ha cambiado el tipo de consumo en las personas?

Si, al 100%. Nosotros empezamos toda esta campaña del coronavirus vendiendo vitamina C. Es decir, la gente quería protegerse y vendíamos la impresionante cantidad de 200 unidades de vitaminas C. Ante esto, me preguntaba «¿qué le pasa a la gente?». Aunque pensándolo bien, no es nada extraño. Esto se trata más de pasar el virus de forma leve que no de no cogerlo. La vitamina ayuda a que el cuerpo y el sistema inmunológico estén fuerte, por eso había tanta demanda.

Hemos pasado de vender lo anterior, a vender suplementos para dormir, para la ansiedad, para la angustia… una pena, la verdad. Aunque, por otro lado, algo positivo es que hemos aumentado la venta a granel considerablemente, si antes se vendía un 30% ahora se vende un 70 %.

 

«Nuestro público tiene un nivel de conciencia un poco más alto del habitual»

¿Quién viene a comprar a una tienda ecológica?

Nuestro público es un poco especial, porque la persona que viene aquí ya viene con un nivel de conciencia un poco más alto del habitual.

Tengo clientes que son jueces, fiscales, médicos, maestros, y también tengo gente que vive en la calle y que son veganos. Viven en la calle y no quieren comer producto animal. Entonces vienen y se compran tortitas veganas y bebida vegetal, por ejemplo. Quien menos esperas, aparece… aunque parezca increíble. ¡Hasta Antonio Banderas ha sido cliente nuestro!

Tenemos una clientela muy amplia aunque, evidentemente, nuestro cliente es un cliente que se puede permitir comprar un producto de ese precio. Respecto a esto, nosotros llevamos desde que empezamos, ocho años, comprando directamente a los importadores para comprar en gran cantidad. Así, podemos bajar los precios.

Las personas que vienen aquí tienen otro punto de vista y creen en un mundo mejor en el que todos nos importamos a todos; son gente muy concienciada. De hecho, nosotros prácticamente no vendemos bolsas, casi todos vienen con sus bolsas, con su carro, con sus tarros para llenar a granel, y eso es gratificante porque ves que las personas abandonan la comodidad por un cambio.

 

¿Cómo prevés el futuro de este tipo de comercio?

Al contrario que las grandes superficies, en este negocio solo somos dos: mi marido y yo. Creemos en el proyecto y consideramos que esto tendría que estar implantado en todos los supermercados del mundo, no solamente en tiendas especializadas. De hecho, creo que tendemos a desaparecer porque lo suyo sería que todo el mundo se alimentara de esta manera, sin pesticidas, sin herbicidas… Nosotros seguiremos abiertos, esperando sumar y no restar, y poner nuestro granito de arena.

 

Fotografí­as: Lorenzo Carnero

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