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Así está afectando la crisis del coronavirus a los niños en países desfavorecidos

Así está afectando la crisis del coronavirus a los niños en países desfavorecidos

El coronavirus ha afectado en todas las zonas del mundo aunque, en ocasiones, no seamos capaces de verlo y mirar más allá de nuestras propias fronteras. La ONG de ayuda humanitaria World Vision ha realizado una encuesta a niños de trece países vulnerables con el fin de ofrecer una visión sobre el impacto que el COVID-19 ha tenido sobre ellos.

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El proyecto de consulta incluyó a 101 niños y jóvenes –58 niñas y 43 niños– entre 8 y 18 años de los siguientes países: Albania, Bangladés, Bosnia y Herzegovina, Brasil, República Democrática del Congo, Malí, Mongolia, Nicaragua, Perú, Filipinas, Rumania, Sierra Leona y niños refugiados sirios que viven en campos de refugiados cerca de la frontera turco-siria.

 

Según los datos de este estudio, los efectos psicológicos que esta crisis sanitaria tiene en los menores están siendo devastadores. El 91% de los encuestados reconoció que se estaban enfrentando a angustia emocional y sentimientos preocupantes, incluyendo ansiedad, ira y desconcierto, debido a la incertidumbre de cuánto durará esta crisis y la situación de tener que lidiar con el aislamiento.

El 91% de los encuestados reconoció que se estaban enfrentando a angustia emocional y sentimientos preocupantes

Todos los menores encuestados destacaron puntos comunes que han propiciado un gran cambio en su ritmo de vida y que les ha supuesto una fuente de preocupación desde que la pandemia irrumpió en su vida: la interrupción de la escuela, la angustia emocional debido al distanciamiento social y el aumento de la pobreza.

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El 71% de los niños y jóvenes dijeron que se sentían aislados y solos debido al cierre de escuelas

Por un lado, el cierre de las escuelas ha supuesto, no solo la pérdida directa del acceso al sistema educativo, sino también la imposibilidad para muchos niños de conectarse a internet y seguir las clases online. Además, el no acudir a clase implica para un amplio numero de menores la pérdida de comidas escolares que, unido a la incapacidad económica de los padres de proporcionar alimentos, hace esta etapa especialmente dura para ellos. En este ámbito, el 71% de los niños y jóvenes dijeron que se sentían aislados y solos debido al cierre de escuelas.

Por otro lado, no ir al colegio implica la pérdida de relaciones sociales y de redes afectivas que, sin acceso a la tecnología, convierte estas circunstancias en un aislamiento casi completo. Asimismo, las medidas de distanciamiento social y confinamiento han supuesto un alejamiento de las estructuras familiares. El 75% de los niños preguntados considera que es emocionalmente difícil lidiar con las restricciones de distanciamiento físico y social.

 

La pobreza y el acceso al agua potable son problemas permanentes en muchos de los países encuestados y el COVID-19 ha aumentado la dureza de esta situación en gran medida, lo que lleva a una mayor ansiedad entre los niños.

Lara, una niña brasileña de 7 años, explica así a World Vision la problemática del agua en su comunidad: «Una de las recomendaciones más importantes es el lavado de manos, pero donde vivimos no tenemos agua. Muchas casas tienen agua solo una vez a la semana, entonces, ¿cómo van a tener estas personas oportunidades de higiene? ¡No pueden! Esto causará muchas infecciones«.

 

Además, hay países en vías de desarrollo que han vivido pandemias anteriores a la del coronavirus y que, aún en recuperación de la primera, el COVID-19 les ha afectado especialmente.

Anita, de 16 años, de la República Democrática del Congo, explica: “No me gusta esta situación. Queríamos anunciar el final del ébola, pero ahora viene el coronavirus. A pesar del hecho de que el aislamiento nos ayudará a protegernos del virus, esto traerá una hambruna que puede matarnos también”.

 

Sin embargo, este informe también refleja un aspecto positivo. Si bien las voces de los niños en el momento de la encuesta revelaron que están angustiados y ansiosos, también descubrieron que están decididos a movilizarse para ayudar a combatir la pandemia mundial.

Afirmaron que era muy importante para ellos involucrarse en crear conciencia sobre la protección de las personas contra la propagación del virus, utilizando medios online y otros sistemas de colaboración remota. Cuando los niños y los jóvenes están involucrados y pueden participar en el cambio social, aumenta su confianza en sí mismos, se reduce la sensación de falta de control y están en mejores condiciones para hacer frente a situaciones difíciles, comentan desde la organización.

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