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La fiebre por el pan artesanal: 6 claves por las que sigue sumando adeptos

La fiebre por el pan artesanal: 6 claves por las que sigue sumando adeptos

Si hay algo que no suele faltar en la mesa a la hora de la comer es el pan. En la dieta española suele ser un acompañante para casi cualquier comida. Sin embargo, ahora que hay corrientes que abogan por un consumo más natural y ecológico en lo que a alimentos se refiere, quizás sea buen momento para probar el pan cien por cien artesano.

El pan artesanal es un poco más caro que los habituales que consumimos masivamente, eso sí, pero su elaboración explica este incremento de precio: se realiza cada pieza de forma única, no son hechos en naves industriales y cada pan cuenta con ingredientes sanos y totalmente naturales.

Además, estos panes son más saludables  ya que no incluyen aditivos, colorantes, ni sustancias de este tipo. Además, facilita una digestión más ligera y mantiene todas sus propiedades nutricionales.

A todo lo demás se suman diferentes características que nos cuentan desde ‘Leon The Baker’, que convierten al pan artesanal en un producto por el que se ha desatado la fiebre y que sigue atrayendo adeptos. Te contamos las claves de su éxito.

 

1.- Una harina de calidad

Cuanto más blanca es la miga peor es el pan porque estará seguro elaborado con una harina muy refinada y nada saludable puesto que ha perdido gran parte de sus nutrientes. Además, si la miga se estira como un chicle se trata de un pan elaborado mediante procesos industriales y que ha seguido una fermentación rápida. Lo anterior no es nada positivo para nuestro cuerpo.

2.- Sabor a pan auténtico

Aunque parezca algo obvio, si el pan no huele es que no ha reposado el tiempo suficiente para que se desarrollen los ácidos orgánicos responsables de ese olor tan auténtico. El buen pan sabe a campo, a semillas… tiene el aroma de la masa madre y de la harina. El pan industrial siempre sabe igual.

 

3.- Facilita la digestión

Un pan natural y artesano, pesa. Aunque parezca que un pan pesado es más difícil de digerir, sucede al contrario. Los panes industriales apenas pesan 20 gramos, mientras que uno artesano puede triplicar ese peso.

4.- Dura fresco más tiempo

Si al día siguiente el pan está duro y reseco, es que es industrial. Un pan artesanal puede durar fresco y esponjoso más días si se conserva envuelto en un paño de tela.

5.- Una corteza irresistible

Un buen pan se reconoce por su corteza color pardo, más gruesa que la del pan industrial y muy crujiente. Además, debe mantener estas propiedades durante el tiempo que el pan esté fresco.

6.- Es más nutritivo

Como hemos dicho anteriormente, un pan artesano proporcionará una buena digestión. El estómago sabrá distinguir el pan hecho de manera natural, con masa madre, fermentación reposada, buenas harinas… Además, aportará además todas sus propiedades nutricionales, sin grasas y con un bajo índice glucémico. Porque este es otro de los falsos mitos de este manjar, el pan, en cantidades moderadas, no engorda.

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Así que, ¿te apetece pasarte al pan artesano? Ya sea comprándolo en establecimientos que lo vendan o elaborando tu propio pan en casa, seguro que su aroma y su sabor te convertirán en una consumidora habitual de este tipo de alimento. ¡Manos a la masa!

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