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Talía del Val, protagonista de West Side Story: “Lo más duro es no poder llevar un ritmo de vida normal” 

Talía del Val, protagonista de West Side Story: “Lo más duro es no poder llevar un ritmo de vida normal” 

West Side Story

Llegó al mundo de la interpretación de casualidad. No buscaba el triunfo ni mucho menos la fama, pero por coincidencias de la vida ha descubierto una profesión con la que se siente «feliz». Talía del Val es esa persona dulce y risueña que se esconde detrás de María, una de las protagonistas del musical West Side Story, que estará hasta el próximo 4 de agosto en el Teatro Cervantes de Málaga. 

El cansancio de la gira se refleja en su cara. Es mediodía y la noche anterior fue el estreno en la capital malagueña. Lleva toda una mañana de entrevistas en los medios locales y teme no estar al cien por cien en la próxima función. Reconoce que tiene un papel muy exigente y valora la oportunidad de estar al frente de uno de los musicales más importantes de la historia, pero tiene los pies en el suelo y no quiere triunfar a toda costa. Sus valores son lo primero y tiene muy claro por qué se ha quedado en el teatro musical. Lo más importante para ella es poder transmitir mensajes en los que cree. Y lo dice con ilusión; con esa ilusión que algún día cambiará el mundo.

¿Qué significa para ti actuar en un musical de estas características?

West Side Story lleva la máxima de todos los que estudiamos para dedicarnos al teatro musical. Yo creo que es el musical más exigente que existe. Vocalmente requiere un control muy grande e interpretativamente es una historia súper dramática. Hacer cada noche esta historia te llena de carga emocional y sales muy tocado. A veces cuesta hacer una limpieza y volver a la realidad. Transitar eso cada día es muy fuerte. Es un musical que requiere el 100% en las tres disciplinas: canto, baile e interpretación. 

¿Cómo es el día a día durante la gira?

El día a día es vivir para la función. En mi caso, como tengo un papel muy exigente, tengo una carga a diario muy fuerte. Intento despertarme lo más tarde posible para que las cuerdas se hayan recuperado de la noche anterior, beber muchísima agua, cuidar mi alimentación, etc. Es bastante difícil, sobre todo porque al final la voz hay que cuidarla como si fuera un bebé y no te permite hacer muchas cosas que te gustaría, como ir a la playa o estar con los compañeros tomando algo. Este musical es vivir para cada actuación. Pero es verdad que cuando sale bien la función y ves que a la gente le ha gustado, esa sensación lo vale todo. Estamos aquí para eso, para trabajar y hacerlo lo mejor que sepamos. Cuando ves que funciona, es muy gratificante. 

 

En este musical interpretas a María, la protagonista de la obra. ¿Es difícil no identificarse con el personaje?

Hay veces que se plantean unas cuestiones que si me las planteo yo como Talía siento que no reaccionaría igual y que la función seguramente tomaría otro rumbo. Pero bueno eso pasa siempre, nosotros somos el instrumento que está al servicio de lo que haya que contar. Hay partes que me cuesta mucho transitar y que tengo que andar mucho más allá para entenderlas. Si te quedas solo por encima no lo entiendes y creas un rechazo hacia algunos personajes, pero cuando viajas más allá, ves por qué lo hacen.

West Side Story musical

¿Se le coge cariño a los personajes? 

Demasiado. Se le coge muchísimo cariño porque lo vives cada día y al final mimas tanto que salga bien una función que luego desprenderte del personaje de la noche a la mañana es como despedirte de una persona. Los echas de menos. Y cuando esas músicas suenan en otro momento que no es en la función, te transportan y te recuerdan lo que viviste.

¿Es difícil interpretar a un personaje con el que no compartes valores?

Alguna vez me ha pasado. En este de María estoy muy cerca. Hay cosas que me cuesta mucho transitar, pero lo puedo entender desde ella, metiéndome en su piel. Pero sí que alguna vez me ha tocado hacer de algún personaje muy diferente a mí e incluso me ha dado vergüenza que mi familia me viera. Eso es al principio, luego te metes de lleno en la obra y se te olvida. 

Además de West Side Story, has actuado en High School Musical, Mamma Mía, Bella y Bestia o Los Miserables, ¿cómo has llegado al teatro musical?

Ha sido casualidad. Empecé a bailar y cantar a los siete años y me fui formando desde entonces, pero no es algo que yo haya buscado, ha sido casualidad. Estuve presentando de pequeña dos años el Club Megatrix y luego me centré más en el canto. A los 16 años, mi profesora me pidió que si le podía hacer una sustitución en una pequeña obra y el chico que me enseñó la obra en dos días es Federico Barrios, el director de este musical. Las circunstancias se fueron dando solas, no es algo que yo fuera buscando. Siempre me ha gustado mucho el terreno de la dirección, pero esto de la interpretación no es algo que yo tuviera claro que quisiera. 

«A veces te gustaría hacer una vida normal con la gente de tu alrededor, pero no puedes porque tienes que cuidar tu voz para la función»

¿Qué crees que es lo más duro de tu profesión?

Lo más duro, sin duda, es tener que cuidar tanto de tu instrumento vocal y que tu pareja, tu familia y tus amigos lo entiendan. Es algo que no se ve y que solamente tú sabes en qué estado está en cada momento. Hay que mimarlo tanto que a veces incluso puede aislarte involuntariamente. Que la gente de tu alrededor lo entienda es lo más duro, porque a veces a ti te gustaría hacer una vida normal con ellos, pero al ser funciones a diario y tener que estar tan pendiente de tu voz, no se puede llevar un ritmo normal.

¿Es difícil compatibilizar con la vida personal?

Es difícil, tienes que encontrar una pareja que lo entienda y que haya confianza plena. Yo entiendo que debe ser duro vernos besarnos cada día con alguien, que pasemos tanto tiempo fuera, que no podamos disfrutar de las vacaciones cuando nuestras parejas o familias pueden, que no podamos salir como nos gustaría…

 

¿Crees que es una profesión frustrante?

A veces. Supongo que como en todas, hay días que sufres con cosas. Pero es verdad, como dice mi madre, que es un trabajo que requiere mucho esfuerzo, pero también es muy reconocido. Cuando estoy en el escenario y canto y veo que a la gente le gusta o que luego me cuentan sus cosas por privado o me piden consejo, es muy gratificante. 

¿Qué es el éxito para ti, que has llegado a ser la protagonista de uno de los musicales más famosos de la historia?

El éxito para mí es tener realización personal a todos los niveles. Que tanto el trabajo como todas las experiencias que vivas en la vida sean plenas y te sirvan para formarte como persona y darte cuenta de que lo que importa son otras cosas. Yo creo que los que hacemos arte lo hacemos para significar un cambio de alguna manera. Ha sido casualidad que me hayan dado personajes y me encanta, pero lo verdaderamente importante son otras cosas, como contar las historias con mensajes feministas, antiviolencia, antiracismo, etc. Aportar algo a la sociedad y no quedarnos en lo superfluo. 

¿El arte dramático está bien valorado en España?

Creo que cada vez más. Antes yo veía que primaban más las florituras externas y no tanto la verdad o el peso dramático; y ahora veo que donde se mete más caña es en lo interpretativo. Para contar los mensajes tan profundos de los que estamos hablando hay que exponerse muchísimo cada día y hacerlo de verdad, aunque te duela. 

«No necesito ganar millones ni que me den premios; solo hacer lo que me gusta y disfrutar con mi familia»

¿Crees que es más fácil triunfar en el extranjero que aquí en España?

Depende de lo que se considere triunfar. Si triunfar es conseguir un papel importante, yo ahora mismo considero que lo tengo y estoy feliz con mi familia al lado. No necesito ganar mil millones ni mil premios ni nada, solo hacer lo que me gusta y disfrutar con mi familia. Depende de lo que se considere éxito. Quizá a alguien le hace muchísima ilusión ir a Brodway porque es la cuna de los musicales, y lo entiendo y lo respeto, pero no es mi caso. Los teatros musicales son un espacio en el que me siento super cómoda y me han dado una felicidad que no pensaba que podía vivir, pero no tengo ansias de ir a algún lado ni de cosas materiales. Me importa más que me lleguen papeles en los que pueda contar mensajes interesantes. Para mí ese es el triunfo de verdad, que me pongan en las manos algo con peso. 

Redacción: Elena Cabeza | Fotografía: Pablo Navarrete

 

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  • Enhorabuena a Talīa. Fue alumna mía en el colegio Luz Casanova y ya entonces era un encanto. Sigo su carrera con interés y estoy encantada con su éxito.

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