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Laura Tiraboschi:“Debería haber una legislación para evitar el intrusismo en las terapias»

Laura Tiraboschi:“Debería haber una legislación para evitar el intrusismo en las terapias»

Laura Tiraboschi es una italiana enamorada de España, de la psicología y de la teología. No en vano es doctora en ambas especialidades. Sus tres tesis doctorales son La histeria como concepto donde Freud edifica todo el psicoanálisis (Universidad Nacional de Córdoba, 1997), Diversas formas del tratamiento del trauma (Universidad Nacional de Córdoba, 1999) y Los diez mandamientos como la base del código civil (Universidad Nacional de Córdoba, 2000).

Desde siempre sintió una especial inclinación por conocer la mente y el alma humana y todo lo que rodea a ambas. Esas fueron las principales razones por las que decidió estudiar e investigar, algo que a día de hoy sigue haciendo. Con consulta online y presencial desde hace más de 20 años, su mente no descansa jamás como tampoco lo hace su pluma. Acaba de publicar el libro Cuarenta días para manifestar abundancia.

– ¿Qué es lo que más le apasiona de la mente humana?

-La capacidad de progreso, de partir de un punto A un punto B y llegar a superar los obstáculos, las fobias, los miedos, los traumas, descubriendo así que es ilimitada.

-¿Cuándo supo que quería dedicarse a la psicología?

A partir de los 14 años comencé a leer todo lo que caía en mis manos referente a la psicología. Enseguida me di cuenta de mi capacidad para escuchar y resolver. Recuerdo que mis amigos me decían: “yo no necesito una psicóloga, contigo me basta”. Obviamente no basta con saber escuchar para poder ayudar a alguien con un problema que a veces puede ser muy serio, así que rápidamente me di cuenta de mi vocación: ser psicóloga. Y aquí estoy. Me apasionó que la escucha activa de los demás m daba muchas claves para descubrir, por ejemplo, por qué a alguien le dolía la pierna. Siempre había algo detrás.

-¿Qué es lo más apasionante de su trabajo?

-Lo que más me gusta es encontrar un paciente a cero y sentir cómo cuando me va dando permiso, entrar en su vida, en su mente para valorar todo lo que en ella hay. Esperar a que se vaya abriendo para poder saber. El mejor momento es cuando veo que superan aquello que les paralizaba y me lo cuentan. Ahí es cuando siento que he hecho bien mi trabajo.

-¿Usted es experta en traumas? ¿Todos tenemos alguno?

-Rotundamente sí pro con grados. No todos tenemos los mismos traumas, lógicamente, ni tampoco con la misma intensidad. Cuando un paciente entra en mi consulta le adjudico una variante que va de más a menos: agresiones sexuales, muertes inesperadas de familiares jóvenes…La primera toma de contacto es como mínimo de una hora y media y a partir de ahí empezamos a trabajar durante el tiempo que sea necesario. Hay pacientes que se abren enseguida y otros a los que les cuesta meses reconocer aquello que les hace daño Mi trabajo consiste en conseguir que se abran con tranquilidad y confianza.

-¿Qué técnicas utiliza?

Para la escucha soy freudiana y lacaniana. Y para la parte de la terapia utilizo MDR, desensibilización porque estamos hablando de traumas y también la psicología transpersonal. Uso la hipnosis para traumas profundos y los resultados son 100% efectivos.

-¿Qué nos falta para conocer la mente?

-Uffff, nos quedan muchísimos avances, muchas comprobaciones epistemológicas y también estudios.

-¿La salud mental es una asignatura pendiente?

-Por supuesto. Es la que se deja para el final. Una persona tiene un dolor de cuello y acude al fisio hasta darse cuenta muchas veces que su origen era psicológico, que estaba llevando más peso del que le correspondía en la vida. La psicología debería ir de la mano con el médico de familia.

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-Ya, pero el médico de familia no es psicólogo…

–Claro, por eso el psicólogo debería ser un especialista dentro del centro de salud. Ir al psicólogo es inteligente, resuelve muchos problemas y ahorraría mucho dinero a la salud pública y muchos problemas al ciudadano.

-¿De qué va su libro?

-De romper el sistema de creencias que imposibilita a las personas sentirse abundantes en todos los aspectos de la vida como son la salud, las relaciones, la pareja, el hogar, la familia….y tener lo que necesita cuando lo necesita y lo que quiere cuando lo quiere. Es un coaching diario para romper ese sistema de creencias con preguntas, meditaciones, tomas de conciencia….

-En las redes sociales proliferan muchos perfiles de coaches que prometen memorizar a sus posibles clientes a través de promesas muy espirituales. Usted, después de tantos años de formación, cuando ve eso, ¿qué se le viene a la cabeza?

-Ah, los falsos profetas. Siempre los ha habido y siempre los habrá. Yo respeto en principio a todo el mundo, pero detrás de alguien que vende productos que prometen cambiar tu vida debería haber detrás un respaldo científico, además de muchos anhelos de ayudar y no solo de lucrarte. Debería haber una legislación para evitar el intrusismo. Una persona que carece de la formación necesaria, lejos de ayudar, puede hacer mucho daño y estamos hablando de mentes y corazones frágiles.

 

 

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