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Amores de barra (Libre)

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Amores de barra (Libre)

Una ya está fuera del mercado, pero no toda mi maravillosa tribu de amigas solteras rozando los 40. Y como digo, actualmente me encuentro en esa etapa de equilibrio que da tener una pareja estable que además es un gran compañero. Pero hasta llegar a este punto, y desde que me divorcié, he vivido situaciones en muchos casos surrealistas en esa vida de single. Una single con mochila, como otras tantas que en esta nuestra sociedad comenzamos de nuevo nuestro camino en «solitario”. Unas veces porque lo elegimos y otras porque no nos dan opción, pero si sabes aprovechar esa etapa se puede convertir en una de las más divertidas de tu vida.

Cuando me separé me quedé fuera del círculo que habíamos frecuentado durante nuestros años de matrimonio. Suele pasar que las parejas dejan de contar con los «nuevos solteros” y suele pasar que a ti esos planes ya no te parecen tan atractivos. Cuando pasa el duelo y descubres que a pesar de las arruguitas, las estrías, la flacidez de la barriga después de uno o varios partos, puedes seguir resultando atractiva, te subes la falda y te bajas el escote. Y te preguntas ¿cómo podía ser tan ñoña? Si hasta parecía mayor. Al menos a mí me pasó eso.

Y comienza la motivación. La motivación que no es otra que VIVIR y por qué no, conocer al príncipe azul. Tú ya sabes que no existen, pero por si acaso vamos a intentarlo…

Para ello primero es necesario hacerse un círculo de amigas en tu misma situación. Lo de quedarse los sábados en casa con un libro o viendo una peli es un plan más que apetecible en pareja, pero cuando tu mundo se convierte en trabajo, hijos, hijos, trabajo, grupo de whatsapp de madres del cole…Uff. Llega un momento en el que necesitas descomprimir, y además de madre y trabajadora sentirte mujer. Una conversación superficial, por favor. Un sentirte únicamente mujer por unas horas. Esto algunas personas no lo entienden, sobre todo si están en pareja: «mira esa, todo el día por ahí». Claro, es que son las únicas fotos que subes a Facebook; monísima, morros pintados y pasándolo súper yupi. Las de poniendo la colada, preparando cenas, fregando el salón, limpiando el baño… esas no resultan tan atractivas. Además tú estás en promoción. Es curioso que muchos de ellos, de los que me decían lo de «estás todo el día por ahí”, criticando, por supuesto, luego se han separado. Ahora son ellos los que suben las fotos a las redes sociales o los que si sales una noche a tomar una copa están en plena gira de solteros…¡Cómo cambia la vida! Si es que no se puede hablar de nadie…

Me había quedado descolgada, pero como creo mucho en que atraes lo que pides, empecé a pedir amigos. Universo mándame amigos. Universo mándame amigos en mi misma situación, con las mismas ganas que yo de vivir y llenar la vida de momentos. Y el universo hace una carambola que empieza a traerte a personas una detrás de otra. Lo tenía escrito hasta en varios post-it en el espejo del baño, para acordarme de pedirlo cada vez que me mirase o me lavase los dientes…Me impuse una norma: prohibido decir que no a un plan. Confieso que había veces que sentía una pereza horrorosa. Organiza niños, vístete, maquíllate como una puerta, súbete a los tacones…y encima el plan no me emociona. Pero dentro de la norma residía un pensamiento; si quieres momentos tendrás que salir a buscarlos. En casa no pasa nada, ni bueno ni malo.

He de decir que me consta que hay quien se salta esta fase de hacer pandilla y salir a las calles y comienza directamente la búsqueda activa de pareja por internet. Sus momentos son los chats y las citas. Cada uno que elija lo que se amolde más a su carácter o situación. Yo necesitaba conocer gente de carne y hueso desde el principio. Y así fue. De aquellos planespereza surgieron noches y días inolvidables. Las cosas más increíbles pasan cuando menos te lo esperas. Incluso quién sabe si en el supermercado. Por eso hay que ir mona hasta a comprar el pan. Por eso y porque aunque lo tachemos de superficial sentirse mona te hace mejorar el ánimo.

Y por supuesto, repito, tenemos LA MOTIVACIÓN. Si has llegado a este punto de la vida y ya tienes hijos no estás buscando un padre, pero sí a alguien que le guste comprar un chollo. Y no me malinterpretes. Solía bromear mucho con este tema. Es que soy un chollo. Compras una y te llevas 4. No me digáis que no es una ganga. Y es que te lo tienes que tomar con humor, porque si ya está mal el mercado de solteros (lo siento chicos, os tenéis que esmerar más) más complicado resulta aún encontrar a alguno que no salga corriendo.

Hay quien demoniza la noche hasta el extremo. Pero puede decir sin miedo a equivocarme que para mí ha sido una vía de escape fantástica. Paréntesis en los que conocer a otras personas que en muchos casos aún siguen formando parte de mi vida, además de permitirme vivir historias tremendamente divertidas que sólo surgen cuando se esconde el sol.

Entre los hombres «solteros» me he encontrado diferentes especímenes. (Chicos no me regañéis. Voy a generalizar. Esto es como lo de Facebook, a los normales os dejo fuera)

El Peter Pan reconocido que sólo quiere echar un buen rato y va de frente. Esos son geniales para adoptarlos como amigos o si quieres lo mismo que ellos sirven para ponerle un poco de chispa a la vida.

El divorciado-padre. Dentro hay diferentes subcategorías, por ejemplo, el que lo que realmente busca es una mujer que le haga de cuidadora cuando le tocan los niños los fines de semana. O el que quiere una mujer sin hijos para seguir gozando, menos esos fines de semana y las vacaciones correspondientes, de la libertad de su nueva vida de soltero a los 40. El desencantado con todo que sólo quiere vivir la vida y verla pasar sin más compromiso que el que ya tiene y al que cada una de las relaciones que afronta le vale mientras no exija el más mínimo indicio de compromiso y de limitación de ”libertad”. Todos tienen una característica común: todos son súper buenos padres y todos te escriben con más frecuencia cuando les toca tener a sus hijos. Tienen una cosa fantástica si los conviertes en tus amigos; hacer planes conjuntos con niños hace que disfruten ellos y disfrutáis vosotros.

El casado crápula. Sí, sí, el casado o con pareja. Este unifica al Peter Pan y al divorciado sin estarlo. A la mayoría de ellos les suele ir fatal con su mujer. Tremendamente mal. Ya no es lo que era. Con los niños, el trabajo, ya no tiene tanto tiempo para mí. Ya no es tan divertida. ¿No te j__e? Cuando estás al otro lado y estás casada no te puedes imaginar que esta categoría sea tan amplia y numerosa. Recuerdo que para mí las separadas eran una amenaza, claro, como ellas no tienen nada que perder no les importa quitarte al marido. ¡Qué equivocada estaba! Y es que no se puede hablar…El tiempo en el que he pertenecido a ese club, con mis amigas, esas que para mí antes eran una amenaza, por experiencia propia y ajena descubres que en el 99% de los casos son ellos los que insisten hasta la saciedad. Casi ninguna mujer quiere complicarse la vida entrando en una historia así. De estos sorprende la libertad que tienen para escribirte, sobre todo en horario de trabajo, claro, aunque los hay que eso no los limita e incluso lo hacen por la noche. De ellos podría daros muchas conclusiones, pero las relaciones a tres dan para otro post infinito. La más importante es que quizás sólo les sirve de diversión y para inflar su autoestima. Necesitan sentir que siguen en el mercado. Lo más aconsejable es alejarse, porque lo mejor que te puede pasar es que termines haciendo de terapeuta, de amante, o de amante-terapeuta. ¡Vaya, esto sí que es ser un chollo!

El soltero o divorciado que lo único que busca es, como tú, descomprimir, pasarlo bien y si por el camino aparece el amor, bienvenido sea. Normalmente sus exigencias no se ajustan a lo que tienen que ofrecer. Pero puede que hasta te llegues a liar con alguno, o que lo incorpores a tu vida después de algún tonteo, pero los dos sabéis que como amigos podéis crear recuerdos extraordinarios.

Y llegamos a la figura que toda soltera debe poner en su vida si quiere enfrentarse al «no entiendo nada”. Tiene una parte positiva y es que te tienen muy entretenida: EL MAZORQUERO. – Termino acuñado por mis queridos amigos Teresa y Miguel, no recuerdo si en alguna escapada a Tarifa.- Si buscas en tu memoria seguro que has conocido a varios.

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El mazorquero es aquel que marea hasta la saciedad. Tontea, tontea y vuelve a tontear pero realmente no quiere nada. Yo creo que se aburren. Te escribe por whatsapp, por Facebook y hasta por el privado de Twitter. Es un sí pero no constante y eterno. Te insiste para quedar y cuando por fin le dices que sí, él no puede. O queda, pero a última hora le surge un problema y no puede ir. Eso sí, si a él le da por escribirte no tardes mucho en contestarle. Son hombres fantásticos para perder el tiempo. Habitan en todas las categorías antes mencionadas. La experiencia nos llevó a identificarlos enseguida. Algo que es perfecto, porque te ríes y aprendes a no darles pie a más. A no ser que tú también estés bastante aburrida en ese momento. Y para el caso…ya sabes de que va el juego…

Pasas por fases que todos te valen o que no te vale ninguno. Pasas por fases que te divierten, que los dejas entrar de alguna forma en tu vida, que pasas de ellos, pasas por despedidas e incluso por dolor si alguno te toca una capa de la piel a la que no deberías haberle dejado llegar. Pero en tu interior sabes que ninguno de ellos es con el que realmente te gustaría compartir tus días. Lo sabes porque estás harta de comer sapos. Y tú tampoco eres perfecta, aunque vayas en pack y seas un chollo, pero intuyes que debe estar en algún lado. Hasta que paras y te preguntas ¿realmente yo qué quiero?  Y cuando lo sabes, cuando tienes tan claro lo que quieres empiezas a actuar enfocada sólo a eso, y no es que cambien ellos, es que cambias tú, y ese día, el que menos te lo esperas, cuando ya no buscas nada, aparece. Él. (Ese que te acompañe mientras suene la música.)

PD.(Me encantan las post data) Cuidado con no cogerle cariño a esa vida de single, porque engancha. Aunque de eso te das cuenta cuando ya no la tienes, como casi de todo.

 

Ana Porras Guerrero

Directora en Yo soy Mujer

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