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Pedidos online y envoltorios de alimentos del súper, ¿son fuente de contagio de Covid-19?

Pedidos online y envoltorios de alimentos del súper, ¿son fuente de contagio de Covid-19?

¿Has hecho un pedido online y no sabes si debes tocar la caja? ¿Has ido al súper y te surgen dudas sobre si estarán infectados los envoltorios de los alimentos? ¿Has pedido comida a domicilio y te surge el miedo de si habrán cumplido con los protocolos en la cocina? ¿Vas a sacar la basura y te has apoyado en la pared del ascensor? Todas esas preguntas y algunas más nos hacemos estos días una gran parte de la población que permanecemos confinados en casa.

Los datos hablan por sí solos. Es innegable que el COVID-19 es algo serio y que todos debemos concienciarnos sobre su magnitud e interiorizar las medidas de prevención del contagio. Estos mismos datos también revelan como, poco a poco, la curva de nuevos casos va aplanándose, especialmente en Málaga.

Sin embargo, y aunque la mayoría de la población está haciendo todo lo posible para ayudar a que el contagio de detenga, hay ciertos aspectos que todavía suscitan dudas sobre si están permitidas o son una imprudencia.

Para despejar estos interrogantes y combatir algunos de los bulos, respondemos a las preguntas relativas al contagio de coronavirus a través de los pedidos online, la comida a domicilio o el tiempo que permanece el virus en diferentes superficies. Sin embargo, hay que recordar que las recomendaciones cambian y se actualizan casi por horas más que por días, así que todo lo que se haga se debe hacer con precaución.

 

Pedidos online

El confinamiento y el cierre de establecimientos ha hecho que muchos de nosotros nos planteemos hacer pedidos online a domicilio, ya que es la única forma de conseguir algunas de las cosas que necesitamos. Sin embargo, el miedo a contagiarnos con los plásticos o cartones en los que el paquete está envuelto nos suscita cierta inquietud.

Según la OMS, “la probabilidad de que una persona infectada contamine artículos comerciales es baja, y el riesgo de contraer el virus causante del COVID-19 por contacto con un paquete que haya sido manipulado, transportado y expuesto a diferentes condiciones y temperaturas también es bajo”.

Es complicado que el virus sobreviva a tantos cambios de temperatura, pero si se pretende prevenir, si que se puede recibir el paquete, retirar todos los embalajes, tirarlos a la basura y desinfectar con un trapo con alcohol o lejía el producto adquirido y la superficie que ha tocado el embalaje.

Así mismo, es importante firmar la recepción con un bolígrafo propio, no el del transportista, y que el pago se realice online o con tarjeta.

Comida a domicilio

Según la European Food Safety Authority (EFSA) no hay evidencias de contaminación por alimentos. Ha especificado que si la comida se ha cocinado con calor por encima de 40º, la pervivencia del virus en la superficie del alimento es nula. Es decir, que cartones y recipientes de comidas también estarían desinfectados por el propio calor del plato listo.

Por otro lado, la mayoría de las cadenas de restauración y comida rápida han puesto en marcha el protocolo “Contacto cero”. Según este protocolo de acción, los repartidores deben desinfectarse las manos antes de coger la comida que debe entregar. Los repartidores, provistos de guantes y protección en la cara, colocan delante de la puerta de entrega una caja vacía en el suelo, sobre ella posan la entrega, tocan al timbre y se separan dos metros. El pago se habrá hecho online, por lo tanto el cliente solo tiene que abrir la puerta, recoger su pedido y dejar la caja vacía en el suelo.

Y no, no hay ningún riesgo en pedir comida china. La OMS ha declarado que la comida de los restaurantes chinos tiene exactamente el mismo riesgo de contagio que cualquier otra.

 

Compras del supermercado

Remitiéndonos de nuevo a la información facilitada por la EFSA,  no hay evidencia de que los alimentos sean una fuente o vía de transmisión del COVID-19. Cuando se trata de envases o cajas que contienen los alimentos, la supervivencia del virus en cartones o latas es relativamente corta.

Dicho esto, siempre es bueno mantener una buena higiene antes de manipular cualquier alimento: lavarse las manos, cocinar bien los alimentos para que el calor mate cualquier bacteria, lavar a conciencia frutas y verduras incluso con un poco de lejía antes de cocinarlos y deshacerse de los envases que sirvan de protección para otros envases, como por ejemplo, los trozos de cartón que sirven de envase a latas de conserva, por ejemplo.

Llamar al ascensor, timbre o similares

Según Boticaria García en una reciente intervención televisiva, es cierto que el botón puede ser una fuente de contagio importante ya que son muchos los dedos que lo pulsan a lo largo del día. Aunque bien es cierto que el tiempo y la sequedad de la superficie hace que el virus pierda mucha carga viral.

Boticaria García también desaconseja que pulsemos este tipo de botones con utensilios como nuestra llave, por ejemplo. La duración del virus en metales es alta, y es incluso más peligrosos que tocar el botón del ascensor.

Sin embargo, recuerda que el virus no se transmite con solo tocar la piel. Habría que tocar el botón infectado y luego acercarnos la mano a la cara. Por eso, recomienda que, sin obsesionarse, las personas que pulsen un botón se laven las manos lo antes posible y que eviten tocarse la cara.

 

Duración del virus en diferentes superficies

En la anteriormente nombrada intervención, Boticaria García también habló de que existe un estudio que dice que en acero inoxidable, el virus aguanta de 13 horas a 3 días. Aunque con el tiempo, sequedad y temperatura, el virus pierde viabilidad.

El plástico, por su parte, mantiene el virus activo desde 6 horas a 2 o 3 días. Frente a esto, en palabras de Boticaria García, pasar un paño con alcohol por esta superficie es suficiente para eliminar el rastro infeccioso.

En el cartón, el virus podría estar 24 horas, pero es muy difícil que permanezca porque no es un material que se preste a la supervivencia del este. El cobre lo mantiene vivo sobre 4 horas, que sería el caso de las monedas.

En cuanto a la ropa con la que salimos, no hay estudios que digan cuanto aguanta el virus en allá. Se sabe que en superficies fijas aguantan más, pero en la tela parece ser que es mas difícil. Así mismo, es poco viable que el virus se quede en el zapato ni en la suela; para contagiarse de este modo habría que, literalmente, “lamer la suela”.

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