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CAC Málaga muestra Socios a cuatro manos de Gonzalo Torné y Quico Rivas

CAC Málaga muestra Socios a cuatro manos de Gonzalo Torné y Quico Rivas

El Centro de Arte Contemporáneo, CAC Málaga, muestra hasta el 6 de enero Socios a cuatro manos. En la exposición encontramos treinta y seis obras de pinturas y collages realizados por Gonzalo Torné y Quico Rivas entre 2005 y 2007. En estas obras revelan sus gustos, inquietudes y pensamientos. Es la primera vez que se enseñan al público, y se presentan como un manifiesto visual donde se denota el “apropiacionismo” de Gonzalo Torné.

 

La muestra está comisariada por Fernando Francés. En ella encontramos imágenes de portadas de películas u obras de arte como La joven de la perla (1665) de Johannes Vermeer o For the love of God (2007) de Damien Hirst, pero sobre las que se realiza un diálogo plástico desde el presente.

En palabras de Gonzalo Torné: “tras tantos años pintando, sigue habiendo aspectos de mi obra cuyas razones se me escapan o desconozco, al igual que de algunos cuadros en particular. De otras, no hay ninguna duda de su profunda razón de ser. En general, mis obras surgen desde una relación intuitiva y emocional, en «juego» con el conocimiento racional, científico, de los lenguajes plásticos. Mi intención, cuando concibo una obra, es que esta suceda en ineludible y fluida relación entre fondo y forma. Es decir; entre el qué, y el como. En un acto no secuencial, sino único. Pensar el sentimiento, y sentir el pensamiento. «Razón y emoción», mi trabajo fluctúa entre estos términos”.

 

Para Fernando Francés, director del CAC Málaga, “si algo caracterizaba a Quico Rivas como persona y como profesional, era su compromiso social, una de sus innegables señas de identidad. Por encima de todo, ejerció de crítico de arte, pero también editó, compuso, investigó y participó activamente en la lucha política. Además, tenía un pasatiempo que le unía a Gonzalo Torné, la pintura.

Las obras que realizaban surgían en medio de charlas, y que a pesar de estar en ocasiones en puntos de la geografía diferentes, no les impedía enviarse a modo de cadavre exquis  o cadáver exquisito. Esta técnica surrealista, se basa en un juego en el que un grupo de personas escriben o dibujan una composición en secuencia, cada persona sólo puede ver el final de lo que escribió el jugador anterior, y así terminan componiendo una obra en su totalidad, de una forma individual-conjunta. Pero ellos dan un paso más, intercambiándolas y logrando crear una sola obra, gracias a la extrema conexión entre ambos”.

Fotografía: Lorenzo Carnero

 

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