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Estrés positivo: ¿mito o realidad?

Estrés positivo: ¿mito o realidad?

El estrés es una respuesta del cuerpo ante una situación de alta exigencia en la que el ser humano se tiene que enfrentar a un rendimiento físico o emocional mayor al habitual. Cuando estamos estresados nos sentimos más cansados, irritados y nuestro único deseo es que la situación que nos estresa pase.

Desde hace un tiempo se está hablando de que el estrés no tiene por qué ser siempre negativo y que, ante ciertos estímulos de alta exigencia, nuestro cuerpo puede responder de manera positiva aunque la situación sea estresante. Pero, ¿realmente existe el estrés positivo?

Cuando nos encontramos en un momento estresante podemos sufrir ansiedad, preocupación, todo se nos hace cuesta arriba, nuestro rendimiento disminuye e, incluso, podemos llegar a padecer problemas físicos o mentales derivados de este estado de nerviosismo.

La ciencia ha descubierto que las personas estamos sometidas a una clase de estrés que nos beneficia

Sin embargo, no todo el estrés que experimentamos es negativo. La ciencia ha descubierto que las personas estamos sometidas a una clase de estrés que nos beneficia y, además, es saludable. Lo llaman ‘eustrés’ y es una especie de hermano bueno del estrés habitual que nos da fuerzas para enfrentarnos a nuevos retos y hace que nuestro desempeño sea mejor.

 

El eustrés no se da en cualquier situación, sino que ocurre cuando nos enfrentamos a una situación que, aunque nos exige mucho y es un peso sobre nuestros hombros, nos agrada y tenemos ganas de vivir. Por ejemplo, que nos asciendan, tener que organizar nuestra boda, tener un hijo o comprarse una casa nueva son actividades que, siendo estresantes, nos proporcionan motivación, nos enfocan en un objetivo claro que cumplir y se perciben como emocionantes.

El estrés positivo puede suponer grandes beneficios para nuestra salud mental

Experimentar estrés positivo también puede suponer grandes beneficios para nuestro organismo y salud mental. Por ejemplo, el eustrés nos proporciona una sensación de estar al mando, que nos hace manejar las situaciones con más maestría. Además, nos mantiene alerta, lo que favorece nuestra respuesta ante cualquier estímulo, incluyendo los laborales, y nos da estabilidad emocional.

 

No obstante, se pueden dar situaciones en las que la línea divisoria entre el estrés y el eustrés sea muy fina. Cuando esto ocurre, es importante mantener una actitud positiva y hacer el esfuerzo por convertir esa ligera sensación de estrés habitual en estrés positivo.

Sin duda, conocer esta información es una herramienta muy útil para descifrar cómo funciona nuestro cuerpo y nuestra mente. Esto puede ayudarnos a evaluar las situaciones que se nos presentan desde otra perspectiva y contribuir a que, a partir de ahora, todo aquello que nos parecía un mundo, se convierta en una situación que nos aporte eustrés.

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