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5 consejos para combatir las agujetas tras las jornadas deportivas de la desescalada

5 consejos para combatir las agujetas tras las jornadas deportivas de la desescalada

Después de tanto tiempo en casa, los españoles nos hemos lanzado al exterior para disfrutar del aire libre. Cualquier excusa es buena para salir, por eso han sido muchos los que han sacado las mallas y las deportivas y han lazado a hacer deporte como si no hubiese un mañana. Sin embargo, esta repentina atracción por las prácticas deportivas ha traído consigo unas amigas inesperadas: las agujetas. Para combatirlas os dejamos algunos consejos.

La posibilidad de animar un poco la rutina del confinamiento montando en bici, en patines o, simplemente, saliendo a correr por la calle ha atraído a algunos para los que estas actividades no eran algo habitual en su vida anterior a esta pandemia. Como consecuencia de esto y del parón físico de estos meses, el cuerpo ha reaccionado con ciertos dolores en los músculos.

 

Estos dolores no son más que microrroturas musculares que se producen cuando el músculo es sometido a un ejercicio que tiene una exigencia superior al que suele realizar de forma habitual. Nada de lo que preocuparse, pero sí que es algo molesto y que, en ocasiones, dificulta la realización de ciertas actividades diarias. Aunque no existe un tratamiento idóneo para las agujetas –hay que esperar varios días hasta que las pequeñas roturas cicatricen–, sí que pueden reducirse sus efectos.

Para favorecer un poco tu movilidad a la mañana siguiente de la carrera y reducir los dolores producidos por las agujetas, te dejamos algunas recomendaciones que puedes llevar a la práctica sin salir de casa.

1.- Recurrir a los antiinflamatorios

Aunque no es la opción más natural, hacer uso de medicamentos que bajen la inflamación en los músculos es una de las elecciones más comunes a la hora de enfrentarse a esta situación.

Eso sí, es importante no ingerir un antiinflamatorio con el estómago vacío porque puede sentar mal. Que el remedio sea peor que la enfermedad no es lo más deseado. Por eso, aunque no puedas moverte mucho, intenta llegar a la nevera, comer algo y, cuando lo hayas hecho, podrás ingerir el medicamento sin peligro.

2.- El calor, un gran aliado

Dar calor en la zona afectada o darse un baño de agua caliente favorece la circulación, lo que es positivo para paliar el dolor ya que la sangre fluye con más facilidad y repara esas microrroturas.

Por lo tanto, que la zona reciba calor favorece una recuperación más rápida. Además, si eliges la opción del baño, puedes añadir especias aromáticas que sean antinflamatorias para un resultado óptimo.

 

3.- Contra las agujetas, más deporte

No, no nos hemos vuelto locos. La explicación es sencilla: al hacer deporte, el cuerpo bombea más sangre que en reposo. Esta sangre fluye por las zonas afectadas bien cargada de nutrientes y vitaminas, que sirven para reparar los músculos. Como en el caso anterior, esto favorece una recuperación más temprana.

Esta actividad deportiva deberá ser suave y en ningún caso se deberá someter al cuerpo a una sesión de entrenamiento muy dura ya que este está resentido y ponerlo al límite puede suponer lesiones mayores.

4.- Una de cal y otra de chocolate

Después de tanto deporte, un poquito de azúcar es un premio está bien merecido. Pero más allá de como recompensa por el trabajo bien hecho, el chocolate, por ejemplo, puede ayudarnos a que el dolor de las agujetas sea menor.

El chocolate negro contiene magnesio, que ayuda a sobrellevar los dolores y calambres musculares. Incluso para los que se producen durante el periodo menstrual.

 

5.- Elige los alimentos adecuados

Hay ciertos alimentos que cuentan con vitaminas y elementos que favorecen la curación de los músculos y aminoran cualquier dolor que se pueda tener. Los alimentos ricos en magnesio y potasio, como las semillas de calabaza, las almendras o los anacardos y las verduras de hoja verde como la espinaca, pueden ayudarte en esta situación.

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A pesar de las agujetas, que se adquieran hábitos deportivos es algo muy saludable y que compensa cualquier dolor muscular que pueda aparecer. La clave está en empezar poco a poco e ir aumentando el ritmo y la dureza de las rutinas de ejercicio gradualmente para no someter al cuerpo a una actividad de forma brusca. Mientras tanto o si ya es tarde para esto, ¡a combatir las agujetas se ha dicho!

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